IU/EUPV, camino de un museo

PASEANTE EN CORTES

JUAN ANTONIO BLAY
Levante-EMV, 08/10/2007

En 2004 Isaura Navarro logró el escaño décimo sexto por la circunscripción de Valencia como cabeza de lista de Izquierda Unida. Es decir, su acta de diputada fue la última en dilucidarse y así fue por lo pelos ya que durante algunos intervalos del recuento la ley D´Hont asignaba ese escaño al número nueve de la candidatura del PP. El acta parlamentaria de Isaura Navarro fue la tercera que obtuvo en toda España la coalición de izquierdas junto a los dos puestos que logró en Madrid la candidatura encabezada por Gaspar Llamazares, que unidos a otros dos de IC-Verds en Barcelona hizo posible la constitución de un grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados -bien es cierto que con una interpretación benévola del requisito mínimo del 5% de los votos en el ámbito estatal-. En esas elecciones IU perdió sus escaños en Sevilla, Málaga y Asturias, feudos tradicionales que junto a Madrid y Valencia, con el añadido de Barcelona, han permitido el protagonismo parlamentario de la coalición. El recuerdo de escaños por Alicante, Vizcaya, Cádiz y alguna que otra circunscripción se pierde en el túnel del tiempo.
En consecuencia, el escaño de Isaura Navarro y los electores que representa vale su peso en oro para esta formación a la izquierda del PSOE. Sucede que en estos momentos, tras el fracaso de la coalición de Compromís en las últimas elecciones municipales y autonómicas -IU pierde su presencia en los ayuntamientos de Valencia y Alicante y retrocede en las Corts- está en el aire, muy en el aire, que IU pueda conservar su escaño por Valencia. Otro tanto puede suceder por Madrid, circunscripción en la que su segundo escaño queda pendiente de muchos supuestos. Conclusión: el panorama electoral de la coalición inventada en 1986 por Gerardo Iglesias y el PCE de entonces precisamente para evitar la desaparición parlamentaria de los comunistas se encuentra en una tesitura tremendamente delicada, al borde del precipicio. En esta situación la federación valenciana de IU, Esquerra Unida del País Valencià (EUPV), tiene un papel determinante para la supervivencia del grupo parlamentario en la medida en que pueda conservar su escaño por Valencia.
Al margen de la injusticia política y electoral que la ley d´Hont aplica a IU -1,3 millones de votos, con IC-Verds, se traducen en apenas cinco escaños, más de un millón de votos apenas tres- habrá que convenir que la situación descrita recomienda un empuje común de todos sus efectivos. Pues, visto lo visto, acontece todo lo contrario; cuando mayor es el riesgo de desaparición política más hondas son las disputas internas. El desarrollo del Consejo Político Federal de IU celebrado el pasado sábado en Madrid fue el ejemplo palpable de cómo no han de hacerse las cosas, especialmente en vísperas electorales. En ese contexto, el papel de EUPV fue, si cabe, más lamentable al aportar el nombre de Marga Sanz a un esfuerzo inútil que en nada beneficiará a la coalición ante los ciudadanos. Sin entrar en el aspecto nominal, EUPV exportó sin ningún rubor a la Villa y Corte el espectáculo que cotidianamente ofrece en pasillos y despachos de las Corts hasta el punto de que la degradación política se trasladó a las personas en forma de mala educación. Estas reflexiones no removerán ninguna conciencia política en EUPV pero el respeto al voto y a la dignidad de miles de votantes valencianos sí debería hacerlo. Queda ya poco tiempo para ello.