domingo, 29 de julio de 2007

Entrevista E. Morera - Levante-EMV

Enric Morera: «No podíamos permitir que se tutelara Compromís desde EU»

Carlos Alós, Valencia
-¿La sustitución de Glòria Marcos estaba preparada de antemano?

No es cierto porque en la primera reunión del grupo hicimos a Glòria síndica. Pero hemos visto que la actitud de la síndica respondía a criterios unilaterales, direccionistas y que no dejaban que el grupo tuviera vida propia. Y ante la decisión unilateral de la síndica de llevar a Amadeu Sanchis como candidato a RTVV, el grupo toma una determinación. Hemos intentado buscar el consenso, la paz, la tranquilidad, pero no podíamos permitir que el grupo parlamentario estuviera tutelado por los de fuera, por la mayoría de EU.
-¿Cuándo nacen los males de Compromís?
Ya hubo diferencias de planteamiento en una campaña marcada por EU, que no se extendió a las municipales y hubo diferencias también de planteamiento en el debate de investidura. No existía la mejor base para trabajar. En todo caso apoyamos a Glòria Marcos como síndica, pero no podíamos consentir que se rompiera la posibilidad de que el grupo se expresara y eso fue el detonante. Si queremos una posición coherente no podíamos hacer como el PP, poner un perfil partidista como Amadeu Sanchis en una televisión teledirigida. Una persona que tendrá muchas virtudes pero que hace que al final la gente piense que todos somos iguales. Ese ha sido el detonante. Sobre esas bases es imposible construir una alternativa
-¿Esta batalla tiene mayor recorrido y es por el control del espacio político a la izquierda del PSPV?
Las interpretaciones son libres. Pero hay que superar el autoritarismo, los tutelajes y los vicios del pasado. El Bloc quiere liderar sin exclusiones un espacio en la política valenciana y queremos hacerlo a través del Compromís, porque en Compromís no sobra nadie.
-¿Aliarse con dos diputadas de otro grupo para sustituir a la líder de esa formación, vulnera el pacto antitrafuguismo?
El grupo nace de una coalición y los electores votan a Compromís y a los siete diputados. Los problemas internos de Esquerra Unida son de ellos. Pero hay dos diputadas que son coherentes y fieles al programa de Compromís y piden como una cuestión democrática expresar sus posiciones en el seno del grupo. Otra cosa es que la mayoría de EU proponga medidas sectarias que no están en el talante de la izquierda.
-¿La crisis de EU beneficia al Bloc?
Ni beneficia ni perjudica. Nosotros tenemos un proyecto para este país, el valencianismo progresista y hemos coincidido con EU en una coalición porque pensamos que era lo más últil para el cambio, pero somos muy resputuosos con EU aunque lamentamos que posiciones tan arcaicas y cerradas impidan un trabajo de mayor amplitud. El Bloc tiene en Compromís un espacio para crecer como proyecto político.
-En plena campaña dijo que Compromís se asentaba sobre bases sólidas. No da esa sensación, más bien al contrario.
Nosotros no hemos parado de ofrecer soluciones. Pero Glòria Marcos, como árbitro, cuando no estaba de acuerdo se llevaba la pelota y no dejaba jugar. Ahora volvemos todos al terreno de juego, vamos a ser respetuosos con los acuerdos pero más allá de dinámicas sectarias y autoritarias porque eso no es compatible con las nuevas formas de Compromís para regenerar la política. Reitero, en el Compromís no sabra nadie.
-¿Qué margen de crecimiento tiene el nacionalismo valenciano?
Somos una autonomía con lengua propia y una cultura sustantiva y es evidente que debe emerger una opción que defienda los intereses de nuestro pueblo como en otras nacionalidades de España. Y nosotros queremos liderar ese espacio. El BNG, el gobierno vasco o la Xunta son referentes interesantes.
-Sitúe ideológicamente al Bloc.
En el valencianismo progresista, defendemos la nación valenciana, la creación de un país en términos propios, dile región europea si quieres, pero desde posiciones progresistas, es decir en la defensa de los servicios públicos, de la sanidad, de la educación, pero al mismo tiempo contando con la iniciativa privada porque los emprendedores son un elemento fundamental en nuestra economía.

El Compromís y el futuro del País Valencià

EMILIO IZQUIERDO PEDRA - Periodista
Levante-EMV, 29/07/2007
El pacto firmado por EU y el Bloc, entre otros, con el fin de permitir gobernar al PSPV en el caso de una mayoría de izquierdas nació desde el principio con fecha de caducidad anunciada y perdió todo su sentido al revalidar la derecha su mayoría absoluta en el parlamento valenciano.Unir la ortodoxia de los comunistas (sector mayoritario en EU) con el pragmatismo político del Bloc era misión imposible, incluso en el mejor de los casos hipotéticamente posible: un gobierno tripartito de progreso y nacionalista. Desde un principio un acuerdo que debería haber sido global tanto a nivel autonómico como municipal se rompía y hacia aguas en las principales ciudades de nuestra nación.
El mayor detonante de la actual crisis comienza en las negociaciones entre las ejecutivas de Valencia de ambas formaciones para hacer posible un acuerdo que posibilite presentarse en coalición en el cap i casal, la postura desde un principio intransigente del sector del PCPV, encabezado por Amadeu Sanchis y avalado por el resto del núcleo duro en el que destacan las continuas declaraciones de Ricardo Sixto, y que pretenden imponer una serie de condiciones baladíes que saben que el Bloc de Valencia encabezado por Joan Mansanet no van a aceptar, condena a la coalición directamente al fracaso y el posterior pacto del PSPV con el Bloc para la lista municipal de Valencia, principal causa de la desaparición de EU en el Ayuntamiento de Valencia ya que con los votos obtenidos por el Comprimís hubieran mantenido los dos concejales que tenían hasta el pasado mes de mayo.Por lo tanto, la propuesta de Gloria Marcos de presentar al Consejo de RTVV al principal responsable del desastre electoral en Valencia, Amadeu Sanchis, tenía una clara lectura de provocación hacía los nacionalistas que a su vez y avalados por las dos diputadas de EiP (corriente nacionalista existente dentro de EUPV) provocaron la presentación de un candidato alternativo en la figura del sociólogo y profesor de universidad: Rafa Xambó. Este pulso, propio de otras épocas menos democráticas, que los comunistas mantienen con los cuatro diputados disidentes obliga a los mismos a solicitar el cese de la portavoz Gloria Marcos y su sustitución por Mònica Oltra, escenificando públicamente la fractura de la coalición.
Si damos por hecho la firma del acta de defunción de la actual correlación de fuerzas en el Compromís, podemos otear que el futuro de la coalición pasa por la predominancia del Bloc como motor de la misma y aglutinador de todas las fuerzas progresistas y nacionalistas que apuestan por otro País Valencià, más nuestro y con menos ingerencias del centralismo típico de los partidos herederos de la ortodoxia marxista, como demuestran las declaraciones del coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, llamando al acuerdo y evitar disensiones, a su vez que se declara «muy respetuoso con la autonomía de las federaciones de IU» (sic).
Ha llegado el momento de apostar sin tibiezas por la tercera vía al País Valencià: nacionalista, progresista y comprometida con el cambio, una auténtica alternativa al PP y al PSOE, y esta sólo puede pasar por la actual mayoría existente en el grupo parlamentario del Compromís. Hay que buscar inicialmente y por operatividad soluciones sencillas para los graves problemas existentes actualmente, hasta crear el espacio electoral propicio para combatir los mismos con las soluciones definitivas que el peso político de las urnas otorguen por el trabajo a realizar en esta legislatura.El futuro del País Valencià pasa por el compromiso ético, de progreso y pragmático que asuma la nueva mayoría del Compromís, para cohesionar el descontento de un amplio sector de la ciudadanía que no se cataloga por su ideología sino por sus necesidades reales y cotidianas en educación, sanidad, bienestar social, trabajo y todo aquello que repercuta en crear una sociedad más igualitaria y democrática.

Un relevo imprevisible

E. CERDÁN TATO El Pais, 29/07/2007

Estaba cantado: la Mesa de las Cortes anunció la destitución de Glòria Marcos como síndica del grupo del Compromís pel País Valencià y, de acuerdo con la mayoría del mismo, designó a Mònica Oltra, de la corriente Esquerra i País, para ocupar tal cargo. La resolución no se ha notificado aún ni al grupo ni a la afectada. La supuesta operación de derribo de la coordinadora de EUPV tiene las trazas de un diseño laborioso e interesado. Pero este cronista confía y desea que sólo prevalezcan las trazas y se disipen suposiciones nada prometedoras, para todos y cada uno de los partidos coaligados, y menos para un sector de la sociedad valenciana, que respaldó una opción política e institucional, para contemplar ahora un escenario nada edificante. Bien es cierto que las urnas le fueron cicateras al Compromís, y los resultados de los comicios no respondieron a unas expectativas que se dispararon, en la ardiente matemática de la coalición. Y hasta es muy posible que el ensombrecido paisaje postelectoral descoloque a unos y otros, modifique presupuestos o demande una revisión de protocolos. Si es así, póngase todo ello a la luz del diálogo, de la solvencia política y ética, del debate racional y diáfano -si eso aún tiene valor-, pero no se eche mano de procedimientos más propios de una derecha casposa, que sigue ahí. Pues, por dónde, el cronista entiende impertinente la destitución de Glorià Marcos. Primero, porque el término destitución no se contempla en el Reglamento de las Cortes, y sí el de sustitución. Segundo, porque la sustitución, siempre dentro del concepto de temporalidad, se contempla en casos de enfermedad, incapacidad o ausencia. Tercero, porque si la constitución de un grupo parlamentario ha de producirse por escrito dirigido a la Mesa, con expresión del nombre del titular o la titular de la portavocía, en este caso, y firmado por todos sus componentes y no por mayoría simple, parece razonable y más ajustado a derecho que su destitución lleve la firma de todos los miembros del grupo, excepto lógicamente el del interesado o interesada, en este caso, y no solo la de la mitad más uno. Que los juristas se pongan al tajo. Y por otro dónde, el cronista también entiende que si el expediente sancionador que se les abrió a las dos diputadas de EiP, por incumplir con la Carta Financiera de EU y cuya resolución ha de producirse antes del 15 de septiembre, terminara con la expulsión de las mismas, nadie podrían calificarlas de tránsfugas, ni ahora ni entonces, porque la definición académica dice: "Persona que pasa de una parte a otra", y figuradamente "Persona que pasa de un partido a otro", lo que no es el caso. Ciertamente, o se arranca de cuajo este curioso toma y daca, o todos van a terminar en el desastre. Algunos analistas, comentaristas, oportunistas, han aprovechado el bailongo para descalificar al Partido Comunista. No es más que el síndrome de Pita da Veiga: a ciertos falsos demócratas se les lee la dimisión, entre líneas. Hala, al agua.