La autodestrucción de Esquerra Unida

EDITORIAL LEVANTE-EMV

Esquerra Unida del País Valencià parece deslizarse por una pendiente hacia la autodestrucción con la posibilidad, prácticamente consumada, de presen­tar dos listas paralelas para las próximas elecciones del 9 de marzo. La escisión entre el Partido Comunista -con sus grupos próximos- e Iniciativa, aliada con el Bloc, estalló con toda su virulencia tras los comicios autonómicos y locales del año pasado a la hora de repartirse el poder en el se­no del grupo parlamentario de las Corts. Desde ese momento, el enconamiento ha crecido de forma exponencial hasta cruzar lo que parece un punto de no retorno.
Con unos resultados electorales progresivamente decrecientes en las dos últimas consultas generales, EU corre ahora el riesgo incluso de perder la única acta de diputado con que cuenta en Madrid. Y con su eventual pérdida, correría peligro incluso la posibilidad de que Izquierda Unida pudiera conseguir un grupo propio en el Congreso: si desa­pa­rece el escaño ocupado hasta ahora por Isaura Navarro, la coalición dirigida por Gaspar Llamazares no alcanzaría los cinco necesarios para constituirse como grupo parlamentario. Así pues, la crisis de la coalición en la Comunitat Valenciana amenaza con provocar una auténtica hecatombe también en la representación na­cional de la coalición.
Queda por ver si la lógica división que habrá entre el electorado hacia alguna de las dos listas paralelas acaba por dejar a los dos sectores enfrentados fuera del Congreso o si finalmente el peso de la marca EU o la capacidad del Bloc para movilizar a su electorado inclinan la ba­lanza hacia uno u otro.